Hoy lei un articulo sobre los jóvenes que abandonan el trabajo de oficina para irse a trabajar al campo y me recordo a una experiencia que tuve hace unos años...como la joven soñadora y rebelde que era (y sigo siendo aunque quizá ya no tan joven) conseguí por internet un trabajo con una familia encantadora en una granja en un pequeño pueblo en Italia.
Filippo Dobrilla uno de los escultores vivos mas importantes de Italia, y Martina con sus dos hijos Rodrigo y Melia, vivían en una granja auto-sustentable, poco elegante quizá pero no ordinaria, entre gallinas, gansos y gatos, de vez en cuando nos visitaban compradores y curadores de arte que traían vino caro y hablaban de arte, y exposiciones y la Bienal de Venecia en la que Filippo ha participado varias veces.
Bajo el sol de la Toscana, mi principal labor en la granja era ayudar a hacer el queso de cabra y recolectar jitomates, de los tres tipos que cosechábamos.
Todo el día en el huerto, trabajando bajo el sol y como único sonido ambiental el cascabel de las cabras que sonaba al caminar.
Estos últimos días siento nostalgia de viajar, de solo llevar una mochila al hombro sin saber en que país estarás al día siguiente, con una cámara análoga, con Paula colgada en mi canguro y Carlos y yo agarraditos de la mano, subiéndonos a trenes, viendo lugares nuevos y surfeando olas perfectas...
Algo tienen los veranos que me llenan de ilusión, el pasado vivíamos en una casa de campaña en los bosques rojos, entre los arboles de secoya y descubrimos que llevaba una bebe adentro de mi...ahora con la ropa oliendo a lechita pensando cual sera la siguiente aventura…
(Tome todas estas con mi camara analoga de 35 mm) for film lovers only.
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